Hace unos días publiqué una entrada sobre lo importante que es aprender a «vender tu obra», pues bien, un elemento fundamental para esto es escribir una buena sinopsis.
Siempre defino la sinopsis de la misma manera: un texto breve, comercial, que anime al lector a abrir tu libro. La sinopsis es «simplemente» eso, pero, como habrás descubierto si ya has tenido que escribir alguna, crear una buena sinopsis es más complicado de lo que parece.
Pero, ¿qué importancia tiene la sinopsis? ¿Realmente es algo tan importante? Sin ninguna duda. Después del título y la cubierta, la sinopsis es el primer contacto que el lector tendrá con tu libro, de hecho, en muchos casos, la sinopsis se convierte en la última oportunidad que tienes para que ese lector, al que tu llamativa portada y/o tu atractivo título han logrado hacerle coger tu libro de la estantería o «clickar» en la cubierta para saber más sobre él, termine comprando tu obra. Unas pocas frases, solo unas cuantas lineas, pueden decidir si ese libro termina siendo leído u olvidado.
Como editor, siempre pido a los autores que me hacen llegar sus propuestas una sinopsis, y realmente es el primer «filtro» por el que pasan sus obras: si la sinopsis no me convence, esa propuesta tendrá que esperar para que sea valorada, y/o puede que no lo haga nunca (en una editorial se reciben decenas de manuscritos cada mes, que, además, se suelen ir acumulando, por lo que estás obligado a seleccionar). Lamentablemente, en muchos casos, me encuentro con sinopsis muy poco cuidadas por parte de los autores, a veces por desconocimiento, y otras por simple dejadez.
Hay dos características principales que suelen tener estas «malas sinopsis»: o suelen ser excesivamente breves y no aclarar nada del argumento del libro, o ser extremadamente largas (sin exagerar, os puedo decir que me han llegado a «pegar» el libro completo a modo de sinopsis).
En el primer caso nos encontramos, más que con sinopsis, con «frases promocionales». El autor, a modo de sinopsis, incluye una frase (en muchos casos genérica) que apenas aporta información sobre lo que vamos a encontrar en la obra y que, por supuesto, genera un nulo interés en los lectores. A modo de ejemplo, algo como esto es lo que suelo recibir en ocasiones: «Una historia intimista sobre una mujer que debe encontrar su lugar en la vida». Como digo, esto, como frase promocional para tu libro puede funcionar, pero como sinopsis no. Ese texto no genera interés y se podría aplicar a decenas de novelas más, ni siquiera sabemos cuál es el nombre de «esa» mujer y a qué problemas debe enfrentarse. A veces, algunos autores que escriben este tipo de sinopsis directamente piensan que, en lugar de hablar sobre la historia del libro, es mejor escribir alguna frase grandilocuente que transmita la profundidad y complejidad de su obra…Si has escrito un poemario, quizás ese tipo de texto encaje bien como sinopsis, pero si tu libro es una novela de ficción, céntrate en escribir sobre tu historia.
El segundo caso es el de aquellos autores que dan «demasiada» información en la sinopsis, hasta el punto de destripar acontecimientos importantes y estropear la sorpresa para el lector. Una sinopsis demasiado larga es un buen «repelente» de lectores. Debes tener en cuenta que, por norma general, cuando alguien se enfrentan a una situación de compra, tiene poco tiempo y una oferta muy grande entre la que elegir. Cuando un lector busca la sinopsis de tu libro no quiere leer una página entera, ni que le cuentes con pelos y señales todo sobre tu obra, lo que busca es «convencerse» de por qué debería comprar ese libro que, como te dije al principio, le ha atraído por su cubierta o título.
En mi opinión, una sinopsis «que funcione», debe tener entre 50 y 120 palabras. Esa es la extensión idónea para poder contar algo sobre tu libro, generar interés y que sea leída por completo.
Para el contenido, céntrate en el conflicto de tu historia y déjalo bien claro al lector. Por ejemplo, imagina que escribes la sinopsis de Romeo y Julieta. El conflicto central de la obra es el amor imposible o el amor prohibido, eso es lo que debería transmitir la sinopsis de ese libro. Por otro lado, y como ya he dicho, no debes excederte en la información que proporcionas en la sinopsis. Pongamos un ejemplo de esto:
Romeo y Julieta son dos jóvenes que viven un apasionado romance, y que a su vez pertenecen a familias enfrentadas: los Capuletos y los Montescos. Cuando el amor entre ambos se descubra, se desatará una guerra entre ambos clanes que traerá consigo sangre y muerte, llevando hacia un trágico final a la joven pareja.
Esta sinopsis daría demasiada información, es casi un resumen de la historia. El lector sabría tanto de la obra antes de leerla, que lo mas probable es que no lo terminara haciendo. En lugar de eso, intenta crear expectación en él. Veamos como podríamos corregir esa sinopsis:
Romeo y Julieta son dos jóvenes que viven un apasionado y prohibido romance, ya que pertenecen a familias enfrentadas: los Capuletos y los Montescos. Si el amor entre ambos se descubriera, el odio entre los dos clanes podría terminar de estallar, acabando con su noviazgo de manera definitiva. ¿Podrá el amor imponerse al odio?
Aunque las dos pueden parecer muy similares, mientras que la primera desvela el grueso del argumento, y el lector ya sabe que las dos familias se enfrentarán y los dos jóvenes acabarán mal, la segunda, aunque viene a insinuar lo mismo, lo que crea es expectación en el lector que, aunque sepa que el amor prohibido entre Romeo y Julieta les va a causar problema a ellos y a sus familias, querrá saber si, realmente, eso ocurre en el libro, si el amor de ambos triunfará, si las dos familias se enfrentarán, etc…
Acabar la sinopsis con una pregunta retórica (como en el segundo ejemplo) o con una frase promocional («Una historia de amor que transcenderá el tiempo») puede ser una buena idea como «colofón» final a nuestro texto, y remarcará el «carácter persuasivo» de nuestra sinopsis.
Interesante, a mí siempre me ha parecido muy complicado escribir la sinopsis de mis libros. Como bien dices, a veces tengo miedo a escribir “de más” y otras a quedarme corta y no conseguir transmitir lo interesante de la historia.
Un saludo.