Las características que definen a un personaje


Hace un tiempo hablamos del rol de los personajes que podíamos encontrar en nuestra historia, hoy me gustaría profundizar un poco en las características de un personaje o los rasgos que lo van a definir.

Existen multitud de formas de definir a los personajes de nuestra historia. Si recurrimos a manuales de escritura o guion, o si navegamos por la red nos toparemos con diferentes modelos que definen a los personajes según unas características determinadas. En este post quiero hablaros de la forma que yo suelo utilizar para definir a los personajes de una historia, no sé si será la mejor, pero, al menos a mí, es la que me resulta más útil.

En mi caso yo defino a los personajes según cuatro «rasgos»: los rasgos físicos, los psicológicos, los emocionales y los sociales (o de relaciones.).

Los rasgos físicos son los más «sencillos» de definir, y, como su nombre indica, tienen que ver con la apariencia del personaje. hablamos tanto de su físico, como de su forma de vestir, en definitiva, de la parte externa del personaje su «envoltorio». Me gusta recomendar que los personajes principales tengan algún rasgo distintivo (una cicatriz, marca, gafas llamativas, prenda de vestir fetiche…), algo que facilite que el lector pueda crearse una imagen mental de los mismos pese a que su aspecto físico sea, relativamente, común.

creacion de personajes

Los rasgos psicológicos tiene que ver con la mente, y, quizá, sean los más complejos de definir, pero, a su vez, creo que también son los principales y más importantes, pues los rasgos psicológicos van a condicionar al personaje y su forma de actuar en la historia. En el aspecto psiscológico debemos definir el carácter del personaje, sus miedos, traumas… todo lo que pueda ayudarnos a forjar su personalidad.

Los rasgos emocionales, en realidad podrían incluirse dentro de los psicológicos, pero a mi me gusta separarlos, porque creo que es de ayuda el poder visualizarlos aparte, ya que son determinantes en la forma de relacionarse del personaje (y por tanto, en los rasgos sociales que veremos luego). Me gusta definir la diferencia entre los rasgos psicológicos y los emocionales, indicando que los primeros hacen referencia a lo que hay dentro de la mente del personaje, y los segundos son la forma de externalizarlo. Un personaje puede ser irascible o afable, estar extremadamente alegre o inmensamente triste. También me gusta hacer referencia aquí a cómo gestiona el personaje esas emociones: Ante una ruptura amorosa, ¿se echará a llorar en la cama sumido en una depresión? ¿O se lanzara a buscar una nueva pareja a las pocas horas? Los rasgos emocionales nos van a ayudar a definir de una forma clara cómo va a expresar el personaje lo que hay dentro de él.

Por último, con los rasgos sociales me refiero a la forma en la que el personaje se va a relacionar con los otros personajes de la historia. ¿Tiene facilidad para socializar? ¿Cómo se va a comportar en diferentes ambientes y con diferentes personas? No se relacionará de la misma forma un personaje que es jefe de policía al tratar con sus subalternos, que ese mismo personaje cuando está en casa junto a su familia. En este apartado debemos puntualizar la forma en la que el personaje va a tratar con el resto, para que, cuando nos lancemos a escribir, tengamos clara la forma de plantear las distintas situaciones.

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